Capítulo 22.
—N-No quiero... —era hora de partir, tenían que separarse, pero Jimin se negaba a soltar el abrazo que tenía con Jungkook.
—Estaremos bien... te lo prometo —no, no estarían nada bien, probablemente nunca puedan volver a darse un beso.
—No quiero irme —Jimin lloraba pese a saber su destino.
—Todo está bien... no llores —sostenía su cintura mientras la calidez de por medio era constante.
El menor sollozaba en su lugar, solo tenían unos minutos más.
—¿Puedo besarte? —el alfa hizo aquella pregunta mientras limpiaba las lágrimas contrarias, aquella pregunta que hizo al besarlo por primera vez después del "incidente".
—N-No preguntes... si de todos modos lo vas a hacer —repitió sus palabras otra vez, sus labios se unieron con desesperación y dolor, ambos tenían tanto dolor en sus corazones que cada chasquido que se producía en medio del beso era como un cuchillo en cada parte de su cuerpo.
Tenían tantas cosas que compartir y vivir, deseos que eran cortados por padres que creían que era "lo mejor" para sus hijos sin siquiera conocerlos bien.
Al final tuvieron que separarse del beso.
—Tan solo... quiero estar contigo, tan simple y complicado como eso —Park tomó la mano contraria, sonrió viendo lo pequeña que era su mano a comparación a la del alfa.
Claro, la mano de Jungkook medía 21 centímetros y la de Jimin 17,5 y cuando sus manos se unían era algo tan bonito a la vista y en el corazón.
—Jungkook... ¿Por qué te enamoraste de mi? —Jimin al menos quería saber aquello.
—Cariño... si supieras cuántas razones tengo para amarte, tendrías que contar los latidos de mi corazón —tenían menos de 3 minutos para estar juntos.
—Jungkook...
—¿Si?
—Te amo.
Aunque era la segunda vez que el alfa escuchaba aquellas dos palabras de parte del omega, seguía sintiendo aquel mágico revoloteo en su estómago.
—¿Qué te hizo decir esas palabras? —el alfa estrujaba el cuerpo contrario en sus brazos.
—No es lo que siento por tí... sino lo que no siento por nadie más —se alejó un poco y tomó el rostro del alfa en sus manos—. Eres tan especial que hiciste de mi mundo un arcoíris.
—Solo un beso más —solo tenían un minuto.
—Que sean miles... —pidió el omega aceptando el beso.
Pero aquel beso no duró mucho, tan solo unos cortos segundos y la alarma de Jimin sonó, alarma que puso de recordatorio para la hora de volver a su casa.
—Es hora... —el mayor se separó—. Tienes que irte.
—Prometo luchar por ti —Namjoon estaba esperando en su auto afuera del departamento.
—Y yo prometo nunca rendirme, cada deseo que pida a las estrellas, cada 11:11 del reloj, todos serán tuyos.
Se separaron con tristeza, afuera había una gran capa de nieve y Jimin solo vino con su pijama.
—Toma —Jungkook se sacó su chaqueta, una holgada hasta para él, pero que era bastante cálida—. No te resfríes.
—No lo haré —las lágrimas corrían por sus mejillas, pero no había más tiempo.
—Te amo —y lo vio salir por la puerta de entrada, aunque quisiera seguirlo, no podría hacerlo, alguien podría verlos.
Los corazones de ambos se estrujaba con cada paso lejos del otro, pero no había otra opción, ¿verdad?
✧✦✧
—Te ves bien —Namjoon miraba a Jimin con su traje blanco, faltaban 4 horas para ir a la iglesia y casarse, pero antes de eso estarían las fotografías y el maquillaje.
—Tú igual te ves bien...
Aunque Namjoon no estaba nada bien, el maquillaje ocultaba sus ojeras y su cabello fue peinado muy bien, se veía tan bien... completamente opuesto a lo que sentía en el interior.
Hoseok, Yoongi y Jin asistirán a la boda, genial, aún más doloroso.
—Será una locura... lo que voy a hacer será una locura... —Jimin miraba el techo mientras analizaba sus futuras acciones.
Tal vez lo que haga será un completo fracaso o una completa victoria.
¿Sería una estupidez? Es probable. ¿Fracasará y hará de todo esto un gran embrollo? Es probable. ¿Se arrepentirá aún cuando es por Jungkook? No, no lo haría.
✧✦✧
—¿Prometes amar, cuidar, respetar y estar para Park Jimin en las buenas y en las malas? —el padre de la iglesia habló hacia Namjoon, estaban casi al final de la celebración de la boda.
Estaban solo familiares y amigos dentro de la iglesia, los reporteros aguardaban afuera.
Namjoon con todo el dolor en su corazón y con la cabeza baja respondió a la pregunta del padre.
—Acepto... —el anillo en su mano, ese sentenciaba su destino y el final de su felicidad.
—Y tú, Park Jimin, ¿prometes amar, cuidar, respetar y estar para Kim Namjoon en las buenas y en las malas?
Jimin se quedó con sus manos temblantes y sus ojos dudosos sin vocalizar ninguna palabra.
—¿Joven Park? —preguntó el padre.
—Yo...
Miró hacia su lado derecho, su madre con una cara seria, su padre con una mueca triste, sus amigos igual estaban tristes, Hoseok tenía la mirada cabizbaja al igual que Yoongi, pero Jin... Jin lloraba en silencio con la cabeza baja, a un lado de Jung estaba Taehyung, Hoseok lo invitó a ir con él.
—Yo... —miró a Namjoon, tan triste y sin un deje de esperanza en sus ojos.
Todo esperaban su respuesta, hasta él mismo.
—No acepto —al fín logró articular esas palabras que estaban atrapadas en su garganta.
Todos miraban confundidos a Jimin, no era lo que estaba planeado para ese día.
Lucharé por ti...
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